Este semillero ofrece una gran variedad de injertos que llegan a cientos de agricultores de la geografía nacional e internacional. Por eso, explicar el injertado y el prendimiento, ambos procesos decisivos para la planta, es el objetivo de este artículo.
Aunque para el personal de El Plantel Semilleros es una labor diaria y rutinaria siempre aplican una delicadeza especial a la hora de llevar a cabo el injertado; pudiendo ser este de corte total o microinjerto. La principal diferencia entre ambos es el proceso productivo, ya que mientras en el corte total no se conserva ningún sistema radicular, en el microinjerto si se mantiene la raíz del portainjerto. Se unen ambas plantas haciendo presión en los cortes con una pinza, de forma que los dos cortes queden completamente unidos por ésta. Dentro de las buenas prácticas llevadas a cabo por El Plantel Semilleros, está el usar una cuchilla por bandeja, de esta manera evitaremos contagios entre plantas.
Una vez terminado el proceso de injertado se trasplanta a una bandeja con sustrato húmedo y se lleva a la cámara o túneles de prendimiento donde se mantendrá en las condiciones idóneas para su pegado y generación de nueva raíz. Pasados los días correspondientes según cultivo las bandejas salen del “cooling” o cámara y pasan al invernadero, donde permanecerá hasta su fecha de salida para adaptarse a la climatología de éste. En este momento la planta comienza a desarrollarse por sí misma, sus raíces se multiplican, sus hojas crecen y el injerto cicatriza completamente.
La fase más delicada para la planta vendrá marcada por su capacidad de adaptación al campo, a las nuevas condiciones; tanto físicas como ambientales, ya que al generar nueva masa radicular su tratamiento debe ser más cuidadoso que el de un producto de la competencia, por ende, su respuesta en finca es mejor.
A día de hoy el injertado más demandado por los clientes de El Plantel Semilleros es el injerto de tomate. Soluciona problemas de suelo, mejora el comportamiento de la planta en situaciones de estrés, prologa el ciclo productivo y aumenta la producción por planta. Los agricultores confían en este semillero porque ofrece un producto más tecnificado y cuidado gracias a su sistema de micro-injerto. El segundo injerto con mayor éxito es el de sandía, cuya campaña está actualmente activa superando las expectativas previstas.
No podemos dejar atrás al injerto de pepino que cada año toma posiciones siendo casi monocultivo en la costa granadina.